Dejemos de decir que somos los mejores agentes de fútbol

 

Esta frase es muy común entre los agentes de fútbol o agencias de fútbol que quieren hacerse con la representación exclusiva de un jugador. “nosotros somos la mejor agencia de fútbol” o “ yo soy el mejor agente de fútbol”, son frases banales, a menudo, vacías luego de contenido real. Todos los que nos dedicamos a la profesión de ser agentes de fútbol, intentamos hacer bien nuestro trabajo, y como en todas las profesiones, habrás mejores agentes de fútbol, y otros, menos afortunados en sus tareas, pero hay que intentar siempre ser honestos, trasladar al jugador de fútbol qué les podemos aportar, qué servicios les podremos ofrecer, y hasta donde llega nuestra red de contactos y nuestra influencia.

 

Como agente de fútbol con licencia en la RFEF desde el año 2015, me considero un agente de fútbol normal, con ganas de trabajar, de hacer bien las cosas, y de ser siempre muy honesto y transparente con mi jugador. A día de hoy, y después de tantos años como agente de fútbol, solo gestiono en exclusiva a dos jugadores. Es verdad que como intermediario de futbolistas, he estado en muchísimas operaciones, pero en exclusiva, solo gestiono a día de hoy dos jugadores, y me basta. Me gusta tener una cartera muy pequeña y muy selecta, y dedicarle todo mi tiempo y mis recursos a estos dos jugadores. Les prometo trabajo, constancia, tesón, repasar siempre muy bien los contratos, escuchar las ofertas del club y la opinión de mis jugadores, intentar siempre el mejor acuerdo para ambas partes, ser muy transparente, contándoles todo al cien por cien, y encargarme que no les falte de nada, que tengan buenas botas, ropa deportiva, marcas, tener su perfil al día en la web y redes sociales, mostrarlos en momentos adecuados y ante personas adecuadas, y estar velando siempre por su bienestar y por su carrera deportiva. No hay más. Lo demás, se lo tienen que ganar ellos con su rendimiento deportivo. Cuánto más rindan, más arriba llegarán, pero por méritos propios, no porque yo tenga una barita mágica, sino porque sus cifras son tan buenas que al mostrarlas en el mercado que toca, despiertan el interés adecuado.

 

Intentemos siempre como agentes de fútbol, ser honestos, no contar “milongas” ni tratar de hacer promesas falsas. Al final todo cae por su peso, pero lo peor, es que se puede hacer mucho daño, aunque sea involuntario o no se piense en ello. Ser un buen agente de fútbol, al final, es sinónimo de ser buena persona, dado que gestionamos las carreras deportivas de personas.